lunes, 28 de diciembre de 2009

rompiendo

saltar a la lluvia
y ver el rostro
que se esconde
bajo el paraguas

(abran con tijeras
nuestras distancias
prendiendo fuego
nuestras banderas)

con pinceladas de
total impresionismo
como rotas
mostrando los dientes
y los moretones

cuestan las cuestas
con las distancias
a cuestas
devoremos el cristal
antes
de
romperlo.

martes, 15 de diciembre de 2009

menuda convicción

si camino
desnudo
al borde del
precipicio
nunca tengo
miedo

Restaurant

a nat


Ok
. Uno viene y me habla de la fidelidad, de que realmente hay personas que son fieles en una relación, y puede que las haya, es mas, seguramente las hay.
Como también hay restaurantes en los cuales, en los entre telones de la cocina, la comida no se cae al piso, y los camareros sirven el pan con guantes de látex, los cocineros se lavan las manos luego de haber tocado el pollo para servir el helado, donde los bacheros lavan correctamente todo y a tiempo.
También existen, no? Que sucede con la confianza? evidentemente, uno no puede vivir una relación sin confiar en la otra persona, verdad? eso incluye la infidelidad; si uno cada vez que va a comer afuera va con la idea de que realmente la comida se puede caer al piso, de que los camareros sirven todo con mano limpia después de tocar botellas y bandejas, de que el cocinero fabrica tres platos distintos sin lavarse las manos en el interín, de que realmente no existe la bromatología ni en puerto madero, o madero harbour, como le dicen ahora; evidentemente va a comer el paquete de rumbas que uno lleva en la mochila para casos de extrema urgencia.
Entonces, con que nos quedamos? hacemos inconscientemente vista gorda a la desconfianza con el tema de la infidelidad? o es realmente el amor real que nos obnubila y nos aleja de esta representacion circunvalante de restaurantes de cocina limpios y chef's profesionales?
Con que cara entramos y decimos -mesa para dos, por favor?.