lunes, 26 de enero de 2009

arena

En la arena se interponen
mundo y Hombre,
mujer de cuento cortázar
probé tu cuerpo desde la orilla
ajena a las arenas de tu tiempo
(otro tipo de arena).

Las agujas se doblan, cruza el torrente
de rosas, papel y licores.
Libertad al agua, moneda corriente.

¡Que amor corsario, austero!
me grita algún triste soneto...
tus labios, tu mirar, desentierro
tal vez, viejo amor filibustero...

¿Sentado? ¿inquieto?
ya no recuerdo
trazos inseguros sobre tierna arena
el capricho de un loco,
que no demanda,
enmienda, en algún
lenguaje olvidado.

Solo sol, espalda al
viento
que adulteria con las estrellas,
recito algún verso a seis de los mil
océanos.

En silencio velo el entierro
de probables catedrales de invierno
sola fundiéndote en la arena,
con la arena, un mundo
con un mundo, que ya es ciego.

En silencio con el mar pálido
donde el mar ya no es mar, la brusca
caricia de las ramas languidece,
el desear ya no es inválido.

Un tigre imaginado de ensueño
posando hambriento,
brisa ardiente malgastada y
satisfecha, el mar y su espectro y
la arena, que me envuelve también.

viernes, 2 de enero de 2009

Liberté

El sol era narciso en sus anteojos de sol baratos; y pasaba su lengua naranja sobre sus labios. Ella sonreía y el ronroneo dulzón del motor la adormecía, y el viento, el viento cosquillas en sus pies, descalzos. El cabello bailaba la música invisible de la ruta, una ruta sin destino.
El a su lado, mirando el horizonte, con la mañana delante y la noche detrás, siente las caricias entresueños y sonríe y la ve dormir y afloja la tensión en el volante.