La otra vez,
caminando por la grisácea porteña,
creí percibir tu perfume en el aire,
atravesando todo filtro.
Como un loco,
te busqué,
como un loco.
sabiendo que estás lejos.
¿Y la soledad?
era como un león
anestesiado;
volviendo a despertar
de aquel letargo benigno;
cuando creí percibir tu perfume en el aire,
en la grisácea porteña.
¡Que Iluso!
Agrietaste la coraza
¿que no vez que tengo
el corazón en pecho?
atado con nervios secos,
venas muertas
vulnerable a las caricias engañosas
frías
y a los falsos fuegos fatuos.
Justo en el clavo
Hace 4 años
2 comentarios:
ee guacho
falso fuego fatuo
a ver cuando sale el café locovich
este es de esos que me suena a bandoneon..=)
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