martes, 14 de octubre de 2008

el insomne

Luego de apagar la luz del baño, se dirige a su cuarto. Esquiva la silla a ciegas, tanteando, llega a su cama.
Busca el silencio, nada más, la calma y el silencio, el sueño y el silencio.
Ni bien apoya la cabeza sobre la almohada, se percata de que el agua del inodoro esta perdiendo y no quiere ir y tirar levemente de la cadena para que pare, esta muy cómodo en su cama, acostado y protegido del frió.
El ruido incesante y monótono le perfora los oídos. Pero no señor, no se va a levantar.
Después de arreglar la perdida, tapado y ya acostado, se dispone a dormir, pero ¡no!
Pensamientos invasores lo atormentan, da vueltas en la cama, los pies le empiezan a picar; se rasca compulsivamente y el insomne llora y patalea y se lamenta y llora y los pensamientos siguen ahí y a la fiesta se suma el recuerdo de un tango tristón y meditabundo y en el medio de todo, el insomne escribe e imagina esta historia, lamentándose de que al otro día no la recordara ni escribirá, ya que el peón negro del sueño finalmente corona, obligando a la vigilia a perder la partida.

1 comentario:

Unknown dijo...

muy borgeano! jaja una masa william blake