Y vi con ternura, como llorabas hojas secas en primavera,
y la ciudad nos rodea y de fondo suena música amelie.
Al fundimos en un abrazo inmortal, nuestros labios se unen en perfecta arquitectonia.
Somos dos luces alumbrando la grisácea porteña,
Somos dos almas solitarias que no se tocan.
Justo en el clavo
Hace 4 años
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