jueves, 27 de noviembre de 2008

celos

El cielo lloraba en la noche, mezclándose la lluvia con el calor insoportable de aquella primavera rabiosa.
Consultó su reloj, le temblaba levemente la muñeca y se olvidó la hora; el aire caliente y húmedo le abrasaba los pulmones. Observo con cierta melancolía como las gotas, traviesas y continuas, se deslizaban por su piloto y formar entre todas, un gran charco a su alrededor.
Con nervios, contempló el alfeizar de Su ventana, cerró los ojos y suspiró, mientras aferraba con fuerza la pistola; guardada en su bolsillo.
Abrió la puerta con sigilo y sintió el cañón de un revolver en la nuca; Ella le murmuró unas palabras al oído y el dióse vuelta, lentamente, mientras toneladas de adrenalina inundaban su cuerpo y el corazón intentaba en vano salir empujando del pecho, y contempló con una mezcla de horror, tristeza, amargura y felicidad, el retroceso del percutor en cámara lenta.

2 comentarios:

Matías dijo...

Me gustó mucho la verdad Guille, me gusta la manera de narrar que tenés.

Un abrazo!

Alastaire D'Angelo dijo...

es como... en la musica la 9na sinfonia de Beethoven.