jueves, 21 de agosto de 2008

Dos

Invierno
Julio. Martes 9:37



Recuerdo aquel día lluvioso de marzo con perfecta claridad…las imágenes pasan por mis ojos cual diapositivas en cámara rápida. Aun puedo sentir aquella horrible sensación recorriendo mi cabeza, a través de mi cuero cabelludo…aquel sentimiento espeluznante recorriendo mis entrañas, pensando qué estará sucediendo allí arriba…

Recuerdo el motivo de mi visita a aquel horrendo sitio, el cual detestaba con todo el odio que podía permitir mí corazón… ¡aquellos malditas caprichos de mi padre!

Tenés que tener el pelo corto Martín, no jodas mas” me decía… y yo no podía entender, bajo ninguna circunstancia, el por qué de esto.

Volviendo al tema…todavía recuerdo…el rechinar de los dientes de acero de aquella máquina infernal, que traspasaba mi cabeza una y otra vez, aniquilando lo que yo más apreciaba en el mundo…Allí estaba de nuevo…en las puertas del Averno…En aquello lugar que, externamente, parece inofensivo, pero una vez que se entra, no se vuelve a ser el mismo de antes…Allí estaba yo…frente a mi verdugo, que me colocaba la temida bata blanca…y sin oponer resistencia; allí estaba, sabiendo que en tan sólo unos instantes, habría perdido el tesoro tan preciado que tanto tiempo me había costado juntar…ahí estaba yo…a punto de ser asesinado una vez más.

Luego de releer lo que acababa de escribir, Martín guardo la lapicera, apagó el cigarrillo y se fué a dormir.

2 comentarios:

Soledad dijo...

Vos me mandaste un mensaje no?.
Y después me llamaste. Perdón por colgar.
Mi vieja anda con problemas de salud y eso me hizo dejar olvidado mi celular y todo lo demás también.

Esta semana si querés hacemos algo.

Y si no fuiste vos el del mensaje, entonces te invito el café yo jaja.
Un beso.

Unknown dijo...

el escrito este siempre me gusto...lo tengo..:P en el libro que publicó el cole

nos vemos mañana negrahhhh


beso